El Papa Francisco, siendo Arzobispo de Buenos Aires, manifestó siempre un gran apoyo a la misión de los Cursillos de Cristiandad y su cariño y aprecio por ellos quedó de manifiesto en la Carta que les dirigiera y que transcribimos a continuación:
CURSILLOS DE CRISTIANDAD
CARTA DEL CARDENAL JORGE MARIO BERGOGLIO, ARZOBISPO DE BUENOS AIRES
A LOS CURSILLISTAS DE LA ARQUIDIÓCESIS DE BUENOS AIRES
BUENOS AIRES, 13 DE JUNIO DE 2011, FIESTA DE MARÍA, MADRE DE LA IGLESIA
Queridos Cursillistas:
En la proximidad de la solemnidad de San Pablo, vuestro patrono y modelo de cómo “vivir de colores” damos gracias a Dios por todos los frutos, que a lo largo de los años, la Obra de los Cursillos de Cristiandad le ha brindado generosamente a la Iglesia.
Vuestro servicio de anunciar a Cristo siendo sus testigos en los ambientes cotidianos, es vivenciar, renovar en forma concreta el Bautismo que en El hemos recibido y los convierte en discípulos y misioneros de la Palabra, según lo expresado en la “Constitución de la Iglesia”: “A este apostolado, todos están llamados por el mismo Señor, en razón del Bautismo y la Confirmación” (Nº 33).
Les escribo consciente de las dificultades que presenta la inculturación del Evangelio en la sociedad actual y en la confianza que vuestra audacia y fervor apostólico, nacidos del encuentro personal consigo mismo y con Cristo los lleve a hacer historia, en función del bien, para que muchos hermanos, excluidos o no, que viven en la periferia se sientan abrazados por el amor de Jesús.
Ser peregrinos en nuestra Ciudad significa no instalarnos, estar abiertos a la vida y prestar atención a lo que pasa en nuestro corazón como un buen samaritano ante la realidad difícil de tantos hermanos.
Es necesario que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad a través de la participación de todos, continúe su camino de conversión pastoral como nos propone Aparecida.
Como Cursillistas en tiempos difíciles deben pedir a Dios la Gracia de tener muchos ahijados, de tener siempre un precursillo en marcha, para no caer en la desesperanza que paraliza y angustia. El regalo del Kerigma que recibieron en el Cursillo es misionante como propone el trípode (piedad, estudio y acción).
Como Iglesia Arquidiocesana necesitamos la unidad de todos en Cristo, para que El, sólo El reine en nuestros corazones y poder así reconocerlo como los discípulos en Emaús.
Al darte gracias por tu peregrinar como cursillista te pido que no dejes de renovar en Jesús Eucaristía tu ardor y fervor apostólico y el de tus hermanos de Reunión de Grupo.
Hoy más que nunca necesitamos que tu cercanía en los ambientes sea luz y alegría para tantos hermanos que ignoran que Dios es un Padre que los ama con ternura.
Hoy más que nunca necesitamos tu presencia para que muchas familias encuentren en el amor trascendente de Cristo, una nueva y más grande dimensión del amor humano.
Hoy más que nunca necesitamos de tu persona y tu testimonio en las Ultreyas, para seguir “adelante”, más allá, en el anuncio y vivencia del Kerigma.
Les pido por favor que recen por mí. Que Jesús los bendiga y la Virgen, Madre de la Divina Gracia, los cuide.
Afectuosamente.
Card. Jorge Mario Bergoglio SJ, arzobispo de Buenos Aires
CURSILLOS DE CRISTIANDAD
3ª ULTREYA EUROPEA DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD
MENSAJE DE S.S. EL PAPA FRANCISCO
CIUDAD DEL VATICANO, 30.04.2015
Bajo el lema “Anunciamos lo que hemos visto y oído”.(1ªJn.1,3) “Un encuentro, un camino, una comunidad”, se realizó en Roma, los días 30 de Abril y 1º de Mayo de 2015, la 3ª Ultreya Europea del Movimiento de Cursillos de Cristiandad, cuya actividad central consistió en la Audiencia que el Papa Francisco concedió a los cursillistas en el Aula Pablo VI del Vaticano.
Provenientes de Italia, España, Portugal, Austria, Hungría, Croacia, Alemania, República Checa, Irlanda, Inglaterra y Holanda, con delegaciones de sus respectivos Secretariados Nacionales y de cursillistas de distintas diócesis de esos países, y con la participación además de cursillistas de las comunidades Vietnamita e Hispana de París, e incluso participantes que viajaron desde América Latina y otros países fuera de Europa, cerca de 8.000 participantes colmaron la Sala Paulo VI, para escuchar la palabra del Papa.
Esta 3ª Ultreya Europea tuvo dos momentos centrales: la Audiencia que el Jueves 30 de Abril el Papa Francisco concedió a los Cursillistas, y la 3ª Ultreya propiamente tal, que celebró el 1 de mayo en la Basílica de San Pablo Extramuros. emplazamiento nada casual, ya que el apóstol de los gentiles es, por determinación del Papa Paulo VI, desde el 14 de Diciembre de 1963, el Patrono Universal del Movimiento de Cursillos de Cristiandad.
La expresión “ULTREYA” está tomada de una antigua palabra española que usaban los peregrinos de Santiago de Compostela, cuando se encontraban para saludarse y animarse a lo largo del camino. “ULTREYA” significa “más allá”, “siempre adelante”.
Desde que en enero de 1949 se celebró el 1er Cursillos de Cristiandad, se habían celebrado otras dos Ultreyas Europeas, en Sevilla (España), en 1993, y en Fátima (Portugal), en 2008. Además, se han celebrado cuatro Ultreyas Mundiales: la 1ª en Roma, en 1966, con la presencia del Papa Paulo VI; la segunda en Tlaxcala (Méjico) en 1970; la tercera también en Roma, en el año 2000, con la presencia del Papa Juan Pablo II, y la última que tuvo lugar en Los Ángeles (Estados Unidos), en 2009.
La celebración del 30 de Abril, estuvo centrada en la presencia y la palabra del Papa Francisco. Después de la oración inicial, de los saludos de bienvenida por parte de los representantes del Movimiento de Cursillos en sus distintas instancias (Secretariado Nacional de Italia, Organismo Mundial de Cursillos de Cristiandad – OMCC -, Grupo Europeo de Cursillos de Cristiandad – GECC -) como asimismo de representantes de los países participantes, el Santo Padre intervino con su discurso, en el cual respondió además algunas preguntas que previamente había solicitado a los dirigentes de cursillos
Al inicio del encuentro, Álvaro Martínez Moreno, Presidente del Grupo Europeo de Cursillos de Cristiandad invitó a los participantes a “Vivir la Ultreya como una ocasión de gracia, un momento de encuentro, de estímulo, de impulso, que permita redescubrir con alegría el propio carisma, sentir la cercanía, la amistad, la comunión de tantas personas que lo comparten y asumir con entusiasmo la apasionante misión que el Movimiento Cursillos de Cristiandad puede desarrollar en Europa”
Entregamos a continuación el Texto Completo del Mensaje del Papa a los Cursillistas de Cristiandad, en la 3ª Ultreya Europea , incluidas – en Negrilla – sus “salidas de libreto” e “improvisaciones»
dos hermanos y hermanas, ¡buenas tardes!
Saludo a todos ustedes, miembros del Movimiento de Cursillos de Cristiandad en Europa, junto con los obispos y sacerdotes que los acompañan. Ustedes han venido a Roma para su Ultreya, nombre que retoma el antiguo saludo de los peregrinos de Santiago de Compostela, que se animaban los unos a los otros a ir “más allá”, “siempre más allá”. Este es para ustedes un verdadero encuentro entre amigos, un encuentro fraterno de oración, de fiesta y del compartir de su experiencia de vida cristiana. Doy las gracias a sus representantes que han manifestado los propósitos, las problemáticas y las perspectivas de su Movimiento. Por mi parte, quisiera ofrecerles algunas sugerencias útiles para su crecimiento espiritual y su misión en la Iglesia y en el mundo.
Ante todo, debo pedir perdón, porque este encuentro estaba previsto para mañana, y creo que habéis debido hacer muchos cambios e incluso con dificultad, en los transportes, en los medios de transporte… Os pido perdón de verdad.
Hubo una confusión. Sabéis que el Papa es infalible cuando hace definiciones dogmáticas, algo que se hace, pero raramente… Pero también el Papa tiene sus defectos, y con sus defectos no tiene nada que ver la infalibilidad. Y este Papa es poco ordenado e incluso indisciplinado. Y de aquí surgió esta confusión. Por eso os pido perdón. Gracias.
Conocía las preguntas, he escrito un discurso que las responde, pero a veces volveré a algunas preguntas, porque hay cosas que quiero destacar.
Como ha dicho el presidente, habéis venido a Roma para vuestra Ultreya, nombre que retoma el antiguo saludo de los peregrinos de Santiago de Compostela, que se animaban recíprocamente a ir «más allá», «siempre más allá». Esta es para vosotros una verdadera reunión entre amigos, un encuentro fraterno de oración, de fiesta, de comunión de vuestra experiencia de vida cristiana. Doy las gracias a vuestros representantes, que me han manifestado los propósitos, las problemáticas y las perspectivas de vuestro Movimiento. Por mi parte, quiero ofreceros algunas sugerencias útiles para vuestro crecimiento espiritual y vuestra misión en la Iglesia y en el mundo.
Ustedes están llamados a hacer que dé fruto el carisma que el Señor les ha confiado y que está en el origen de los Cursillos de Cristiandad, en cuyo grupo de iniciadores se destacan Eduardo Bonnin Aguiló , el Reverendo Sebastián Gayá y el entonces obispo de Mallorca, Juan Hervás y Benet, quien supo acompañar el crecimiento del Movimiento con paternal cuidado. En los años cuarenta del siglo pasado ellos, junto con otros jóvenes laicos, se dieron cuenta de la necesidad de llegar a sus coetáneos vislumbrando el deseo de verdad y amor presente en sus corazones. Estos pioneros de su Movimiento fueron auténticos misioneros: no dudaron en tomar la iniciativa y con valentía se acercaron a las personas, involucrándolos con simpatía y acompañándolos en el camino de la fe con respeto y amor.
Siguiendo su ejemplo, hoy también ustedes quieren anunciar la Buena Nueva del amor de Dios, acercándose a los amigos, a los conocidos, a los compañeros de estudio y trabajo para que ellos también puedan vivir una experiencia personal del amor infinito de Cristo que libera y transforma la vida. ¡Qué necesario es salir, sin cansarse, para encontrar a los lejanos!
Para ayudar a los demás a crecer en la fe, realizando un itinerario de acercamiento al Señor, es preciso experimentar personalmente la bondad y la ternura de Dios. Esta experiencia es el inicio del camino que realizáis. De hecho, nosotros somos movidos por el deseo de ofrecer misericordia cuando experimentamos el amor misericordioso del Padre por nosotros mismos (cf. ib. Evangelii Gaudium, 24)
Cuando veis, os dais cuenta de que en vuestra vida Dios ha sido tan bueno, tan tierno, tan misericordioso, esto quiere salir, quiere llegar a los demás. El Señor quiere encontrarnos, el Señor quiere morar con nosotros, ser amigo y hermano, nuestro maestro que nos revela el camino por recorrer para llegar a la felicidad.
El no nos pide nada a cambio, sólo pide que lo acojamos, porque el amor de Dios es gratuidad, puro don. Esto es importante. Para dar testimonio es necesario reconocer que todo lo que tenemos es puro don, es regalo, es gratuito, es gracia. Y esto no se compra, esto no se vende. Es un camino de gratuidad, es un camino que no se puede explicar: «Pero, ¿por qué a mí, Señor? ¿Qué debo hacer?». «¡Dilo a los demás!».
Comunicar lo que el Señor ha hecho conmigo, con tanta ternura, con tanta bondad, con tanta misericordia. Este es el testimonio. El testimonio amistoso del diálogo entre amigos. El encuentro con Cristo, y con la misericordia del Padre que Él nos ofrece, es posible ante todo en los sacramentos, en particular en la Eucaristía y la Reconciliación.
En la santa misa celebramos el memorial de su sacrificio: aún hoy Él entrega realmente su Cuerpo por nosotros y derrama su Sangre para redimir a la humanidad. En la Penitencia, Jesús nos acoge con todos nuestros límites y pecados, para darnos un corazón nuevo capaz de amar como Él, que amó a los suyos hasta el extremo (cf. Jn 13, 1). Y cada vez que volvemos a pedirle perdón, Él nos perdona, porque sabe que somos débiles, que somos pecadores. Tenemos el título de pecadores. Todos. Y Él lo sabe. Y nos recibe siempre, con amor.
Otro camino es la meditación de la Palabra de Dios, especialmente la “lectio divina”, leer la Palabra de Dios, leer la Biblia. Muchas veces he aconsejado, y también lo hago ahora: llevar siempre en el bolsillo o en la bolsa un Evangelio pequeño. En los viajes, cuando estoy esperando en el dentista, o por hacer algo, leer un pasaje del Evangelio y después pensar con calma en ello. Esta familiaridad con la Palabra de Dios nos acerca al Señor. Y así podemos escuchar al Señor que nos indica el camino por recorrer y nos anima ante las incertidumbres y dificultades que presenta la vida.
En fin, encontramos el amor de Cristo en la Iglesia, que testimonia con las diversas actividades la caridad de Dios. El amor de Jesús en las obras de misericordia.
Os haré una pregunta: ¿Todos vosotros sois capaces de decir de memoria las siete obras de misericordia corporales y las siete obras de misericordia espirituales? Seamos valientes… ¡Levante la mano quien no es capaz! [muchos levantan la mano]. Mirad… Trabajo para vosotros, señores obispos. Trabajo para vosotros.
Es importante leer cuáles son las obras de misericordia corporales. Algunas —es seguro— las recordaréis, pero son siete… Y las espirituales: son siete. Tarea que hay que hacer en casa: buscar y estudiar las obras de misericordia. ¿Para qué? Para ponerlas en práctica.
En la comunidad eclesial todo tiene como fin hacer palpar a las personas la infinita misericordia divina. Algunos piensan: «No, Dios está lejos. Iré al infierno… He hecho tantas cosas». Pero si tú has hecho tantas cosas, tantas cosas feas, Él estará muy contento y hará fiesta si te acercas a pedir perdón. Y este es el trabajo de persuasión que tenéis que hacer con los amigos, en Cursillos.
Por que es verdad, ¡Dios hace fiesta! Dios hace fiesta. Y alguien siente incluso celos de esto: pensad en el hijo más grande del padre misericordioso (cf. Lc 15, 11-32), que hizo fiesta porque el otro que había despilfarrado todo el dinero, que lo había gastado en una «buena vida», vuelve sin nada… Y hace fiesta. Es una cosa extraña de nuestro Dios. Hacer fiesta cuando viene un gran pecador. ¡Esto es bueno!
El método de evangelización de Cursillos nació precisamente de este ardiente deseo de amistad con Dios, de la cual brota la amistad con los hermanos. Desde el comienzo se comprendió que solamente dentro de relaciones de amistad auténtica era posible preparar y acompañar a las personas en su camino, un camino que parte de la conversión, pasa a través del descubrimiento de la belleza de una vida vivida en la gracia de Dios, y llega hasta la alegría de convertirse en apóstoles en la vida cotidiana. Y así, desde entonces, miles de personas en todo el mundo han sido ayudadas a crecer en la vida de fe.
En el contexto actual de anonimato e aislamiento típico de nuestras ciudades, qué importante es la dimensión acogedora, familiar, a medida del hombre, que ofrecéis en los encuentros de grupo. Se hace amistad. Habrá problemas, acá o allá… Habrá, siempre hay problemas. Pero es necesario hacer crecer la amistad. «Pero, padre, cuando hacemos crecer la amistad, también crecen algunos pleitos, celos, envidias…». ¿Qué dijo el Señor? Cuando el diablo siembra la cizaña, dejadla crecer. Vosotros haced crecer el grano bueno, la amistad. Y la cizaña, en el momento de la cosecha, será quemada y el grano dará su fruto. Os pido que mantengáis siempre el clima de amistad y fraternidad en el que rezáis y compartís cada semana las experiencias, los éxitos y los fracasos apostólicos.
Me viene el recuerdo de una señora, nacida en una familia atea, y también ella era atea; no agnóstica, atea. Pero era una buena mujer, una profesional, una mujer que hacía su trabajo, casada, con hijos, pero sin religión. Una de sus hijas encontró a Jesucristo, mejor, fue encontrada por Jesucristo. Se convirtió y vivía una vida cristiana. Y su mamá respetó esto: «Es tu elección, hija. ¡Ve adelante! Yo no creo, pero tú sigue adelante».
Pasaron los años, la hija era católica convencida, podemos decir incluso católica militante —no me gusta la palabra, pero digámosla para entender bien—. Después, la mamá, anciana, de más de 80 años, se enferma y está cerca de la muerte, pero está lúcida. El día antes de la muerte, mientras la hija estaba junto a ella, la cuidaba, le hizo esta pregunta:
«Pero dime —jamás le había hecho esta pregunta, porque la había respetado—, ¿qué sientes cuando rezas?». Y la hija, respetando a la mamá, le dijo que hablaba con Dios, con el Señor…
Así comenzó una conversación sobre este tema, ligera, tranquila. Después entraba en otro tema, y volvía a este… Al final, la mamá dijo: «Pero, ¿eres feliz con lo que has encontrado en la religión?»; «Sí, porque yo, mamá, creo en Jesús, creo que Jesús me ama»; «¡Qué ganas tengo yo de sentir lo mismo!». Y la hija se animó y le dijo: «Dime, mamá, ¿tienes ganas de esto?»; «¡Sí! Pero es demasiado tarde…»; «Jamás, mamá. ¿Quieres que te bautice?»; y la mamá le dijo: «¡Sí!». La hija no podía llamar a un sacerdote, porque la mamá se habría asustado. La hija bautizó a la mamá, y al cabo de dos horas la mamá entró en coma y murió, a medianoche.
Estos son los milagros de Dios por la cercanía, por el servicio. ¡No el proselitismo! La hija jamás hizo proselitismo. Yo la conocía bastante, hasta tal punto que vino a decirme lo que había hecho, y tenía miedo de haber hecho mal. «No, has hecho bien. Has hecho entrar a tu mamá en el paraíso». Pero se necesita paciencia. Se necesita paciencia. El proselitismo no es paciente. «Lee esto, haz esto, ven aquí, ve allá»; te llaman a la puerta… No, no. Amistad. Y allí, sembrar, en la amistad. Y este sembrar en la amistad es una verdadera penitencia.
En estas reuniones de grupos pequeños es importante que haya momentos que favorezcan la apertura a una dimensión social y eclesial más grande, incluyendo e involucrando también a quien ha entrado en contacto con vuestro carisma, pero no participa habitualmente en un grupo. Una dimensión social y eclesial más grande, que implique también a los que no tienen contacto con vuestro carisma, que no participan habitualmente en el grupo. En efecto, la Iglesia es una «madre de corazón abierto», que a veces nos invita a «detener el paso», a «renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino» (Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, 46). Es hermoso ayudar a todos, incluso a quien le cuesta más vivir la propia fe; ayudar a permanecer siempre en contacto con esta madre Iglesia, siempre cercanos a esta gran familia acogedora que es la madre Iglesia, nuestra santa madre Iglesia.
En los últimos años, en Argentina, había algunos problemas en Cursillos, pero problemas externos. Porque antes se trabajaba con menos inconvenientes, y se disponía del sábado, el domingo, quizá el lunes, quizá… Podían hacerlos. Hoy se trabaja el sábado y también los domingos. Y no se tiene el tiempo para las reuniones fuertes, de oración, de tres días. Antes se estaba dispuesto a perder el sueldo, perdían premios laborales, arriesgaban también los puestos de trabajo. Y trataban de actualizar el propio carisma según esta situación.
¿Cómo hacer hoy en esta situación? Como hicieron los cristianos, pensad, en tiempo del nazismo, del comunismo en que trataban de impartir la catequesis de otra manera, en otros momentos, la misa un poco a escondidas… No sé… Busquen modalidades que permitan ir adelante con vuestro carisma. Esto es muy importante. No dejemos que los condicionamientos externos nos bloqueen.
¡Os aliento y animo a ir «siempre más allá», fieles a vuestro carisma!. A mantener vivo el celo, el fuego del Espíritu que siempre impulsa a los discípulos de Cristo a llegar a los lejanos, sin hacer proselitismo, a «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (ibídem, n. 20). Habéis oído esto, os lo he dicho muchas veces: en las grandes ciudades, ciudades cristianas, incluso en familias cristianas, hay niños que no saben hacer la señal de la cruz. Y esta paganización de la sociedad nos interpela: haced algo para evangelizar. El Espíritu impulsa a salir de la propia comodidad.
Qué hermoso es anunciar a todos el amor de Dios que salva y da sentido a nuestra vida! Y ayudar a los hombres y mujeres de hoy a descubrir la belleza de la fe y de la vida de gracia que es posible vivir en la Iglesia, nuestra madre. Hay comunidades cristianas y católicas —¡las hay!— donde no se habla de la vida de gracia, no se habla de la belleza de tener a la Trinidad dentro de nosotros, la presencia del Dios vivo en nosotros. Y vuestra tarea es ir y llevar esta hermosa noticia: Dios habita en nosotros, Dios está en nosotros. Esta es la gracia. Ayudar a los hombres y mujeres de hoy a descubrir la belleza de la fe y de la vida de gracia.
Y lo haréis, si sois dóciles, con actitud de humildad y confianza, bajo la guía de esta santa madre, la Iglesia, que siempre busca el bien de todos sus hijos; si estáis en sintonía con vuestros pastores y unidos a ellos en la misión de llevar a todos la alegría del Evangelio.
Que la Virgen María, Madre de la divina Gracia, os asista en vuestro camino y en vuestro apostolado.
Antes de impartirles la bendición, quiero ver las preguntas que me habéis planteado, ver si hay algo que no he considerado o dicho…
«¿Cómo fiarse del Espíritu Santo hasta el punto de atreverse a llevar el anuncio de la misericordia de Dios donde Él no es buscado?». Si no te fías del Espíritu Santo, ¡vuelve a tu casa! Y ve a buscar otra religión más agnóstica, más ideológica.
Jesús nos dijo: «No os dejo solos. Os enviaré al Espíritu». ¿Y qué hace el Espíritu? Dos cosas. Nos recuerda lo que Jesús nos enseñó, y nos enseña qué debemos hacer.
Además, este fiarse del Espíritu es sorprendente. Saber cuándo es el Espíritu el que te impulsa. Me gusta pensar en Felipe, cuando el Espíritu le dice: «Ve a aquel camino», el camino a Gaza (cf. Hch 8, 26-40). Y va. En un momento determinado ve un carro, un carro de viaje, y allí estaba sentado el ministro de economía de Etiopía, de la reina Candaces, que leía Isaías… Comienza un diálogo: «Explícame esto…». Al final, cuando encuentran el agua, este ministro de economía pide el bautismo…
El Espíritu te guía. Es precisamente el Espíritu. Fíate del Espíritu. Piensa en Felipe, piensa en tantos, en tantos que se fían del Espíritu. Es hermoso leer el libro de los Hechos de los Apóstoles: después de Pentecostés, las cosas que hizo el Espíritu… las cosas grandes. Y fiarse.
«En cada Movimiento se siente fuertemente una doble exigencia: la fidelidad al carisma inicial y la necesidad de cambio y novedad para responder y cambiar las situaciones». Y la pregunta es: «¿Cómo mantener la armonía entre estas dos tensiones? ¿Cómo discernir la novedad que el Espíritu Santo sugiere acerca de la novedad que, en cambio, aleja del carisma? ¿Cómo comprender si cierta fidelidad al carisma inicial es más un endurecimiento que una verdadera fidelidad al Espíritu Santo?».
Esto es importante. Comprender y conocer los espíritus: «Queridos: no os fieis de cualquier Espíritu», nos dice el Apóstol. Conocer cuándo una inspiración está en armonía con el carisma inicial y cuándo no lo está.
Este ir más allá te permite encontrar situaciones diversas, culturas diversas, y el carisma inicial debe ser traducido por esas cultura. Pero, ¡no traicionado! Traducido. Debe ser el carisma, pero traducido.
Algunos señalan «Yo no quiero problemas, yo sigo el carisma inicial…». Así, llegarás a ser una hermosa exposición, un museo. Harás de vuestro Movimiento un museo de cosas que hoy no sirven. Cada carisma está llamado a crecer. ¿Por qué? Porque lleva dentro de sí el Espíritu Santo, y el Espíritu Santo hace crecer. Cada carisma debe confrontarse con culturas diversas, con maneras diversas de pensar, con valores diversos. ¿Y qué hace? Se deja llevar adelante por el Espíritu Santo. Aquí debo hacer esto, aquí debo hacer esto…
¿Y cómo hacer esto? Reza, pide. La oración: sin la oración ningún Movimiento puede ir adelante. ¡Ninguno!
Os agradezco una vez más este encuentro. Os agradezco todo lo que hacéis en la Iglesia, que es tan hermoso: ayudar a encontrar a Jesús, ayudar a que se comprenda que vivir en gracia de Dios es hermoso. ¡Es hermoso! Os agradezco mucho y os pido, por favor, que recéis por mí. Rezad por mí, porque también el Papa debe ser fiel al Espíritu Santo.
Y ahora os imparto la bendición, pero recemos juntos a la Virgen, nuestra Madre. Dios te salve, María…
[Bendición]
Y no os olvidéis de aprender las siete Obras de Misericordia Corporales y las siete Obras de Misericordia Espirituales.
Ciudad del Vaticano, 30 de Abril de 2015.-
CURSILLOS DE CRISTIANDAD
5ª ULTREYA MUNDIAL DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD
CARTA DEL PAPA FRANCISCO AL LEGADO ESPECIAL PARA LA ULTREYA, CARDENAL JOÃO BRAZ DE AVIZ
CIUDAD DEL VATICANO, 06.05.2017
A nuestro venerable hermano
Cardenal de la Santa Iglesia Romana, JUAN BRAZ DE AVIZ,
Prefecto de la Congregación para los Institutos de vida consagrada las Sociedades de vida apostólica.
Con gran alegría, María Magdalena y la otra María fueron corriendo a anunciar los discípulos que Jesús había resucitado verdaderamente de entre los muertos (cfr. Mt 28, 1-10). Y Nos, constituidos por mandato divino como sucesor de San Pedro, observamos atentamente a todos los pueblos de nuestro tiempo, tanto a los que ya comenzaron a conocer y seguir la doctrina evangélica de Jesucristo, como a los que a ‘un anhelan quien les anuncie al Verbo divino, y con un corazón alegre les damos testimonio de la resurrección del Señor y de la esperanza de la vida eterna en Él.
Como bien sabemos, se va a celebrar muy próximamente en el Santuario de la Santísima Virgen María Reina de la Paz en Fátima, la Vª Ultreya Mundial de los Cursillos de Cristiandad. Inmensamente contentos por la celebración de este acontecimiento, nos unimos de corazón a los pastores y fieles que allí acudan, y deseamos alentarles y manifestarles nuestra benevolencia.
Por lo cual, de buen grado acogemos la petición del venerable hermano Francisco José Villas-Boas Senra de Faria Coelho, obispo titular de Plestia y Auxiliar de Braga, y del director espiritual del Instituto Mundial de Cursillos de Cristiandad (cuyas siglas son OMCC), y del Ilustre Señor Francisco Salvador, Presidente del mismo Instituto, que humildemente pidieron que enviáramos un Cardenal que Nos representara. Y Nos pensamos que tú cumplirás adecuadamente este Legado, puesto que eres un fiel y cercano cooperador Nuestro, y estás ardes en deseos de extender la fe católica. Por eso, con esta Carta te nombramos nuestro Legado Extraordinario para dicho encuentro que se celebrará solemnemente los días 4-6 del próximo mes de mayo en Fátima.
En esta preciosa misión que llevarás a cabo, presidirás en Nuestro nombre los actos litúrgicos, con tú palabra, fiel a nuestro pensamiento, iluminaras un evento de tal importancia, e igualmente darás testimonio de nuestro amor hacia todos los asistentes y les exhortaras para que esta obra apostólica de tan gran importancia sea realizada con diligencia.
Y así, venerable hermano nuestro, mientras confiamos tú Legación al Inmaculado Corazón de María, le suplicamos que vuelva benigna sus ojos a los hombres de todo el mundo, los confié a su Hijo y los colme de inconmensurable consolación espiritual.
Finalmente, queremos que, en nuestro nombre, impartas de corazón una particular Bendición Apostólica a todos los que participen en este encuentro y a cada una de sus comunidades y naciones, la cual sea anuncio de la gracia celeste y testigo de nuestro afecto, teniendo como intercesora a la Reina de la Paz de Fátima.
FRANCISCO
En el Palacio Vaticano, 24 de abril del año 2017, quinto de nuestro pontificado.
CURSILLOS DE CRISTIANDAD
16º ENCUENTRO INTERAMERICANO DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD
MENSAJE DEL PAPA FRANCISCO A LOS PARTICIPANTES EN EL XVIº ENCUENTRO INTERAMERICANO DEL GLCC
TALCA, CHILE, 15.10.2017
A MONS. HORACIO DEL CARMEN VALENZUELA ABARCA, OBISPO DE TALCA, CHILE
EL PAPA FRANCISCO SALUDA CON AFECTO A LOS ORGANIZADORES Y PARTICIPANTES EN EL XVI ENCUENTRO DEL GRUPO LATINOAMERICANO DE CURSILLOS DE CRISTIANDAD, CON LA ESPERANZA DE QUE ESTAS JORNADAS DE ORACIÓN Y DE COMUNIÓN SEAN UNA OPORTUNIDAD PRIVILEGIADA PARA PROFUNDIZAR EN SU EXPERIENCIA DE FE Y DE AMISTAD CON DIOS, Y EN SU DESEO DE DARLO A CONOCER A TODOS LOS HOMBRES.
AL MISMO TIEMPO, LOS ANIMA A CRECER CADA DÍA EN UNA AUTENTICA VIDA DE ORACIÓN QUE LES AYUDE A MANTENER VIVO EL FUEGO DEL ESPÍRITU QUE REJUVENECE EL CARISMA E IMPULSA A IR SIEMPRE «MAS ALLÁ», PARA QUE TODOS PUEDAN COMPRENDER QUE HERMOSO ES ENCONTRAR A JESÚS Y VIVIR EN GRACIA DE DIOS.
EL SANTO PADRE LES PIDE TAMBIÉN QUE NO DEJEN DE REZAR POR EL Y POR SU SERVICIO A LA IGLESIA, A LA VEZ QUE, INVOCANDO LA INTERCESIÓN DE LA VIRGEN MARÍA SOBRE TODOS LOS PRESENTES, SUS FAMILIARES Y DEMÁS MIEMBROS DEL MOVIMIENTO, LES IMPARTE LA IMPLORADA BENDICIÓN APOSTÓLICA.
CARDENAL PIETRO PAROLI N
SECRETARIO DE ESTADO DE SU SANTIDAD
CIUDAD DEL VATICANO, 10 DE OCTUBRE DE 2017